Faltaban menos de 2 semanas para mi esperado viaje a México cuando explotó la tan mediática influenza. Francia en su paranoia pensó en bloquear los vuelos y gracias a una reunión que se tuvo con la Unión Europea no se llevó a cabo. A días del vuelo no sabía aún si posponerlo o no, repito, era mucho lo mediatizado del asunto. En México tenía algunos eventos que estaba planeando desde hacía algún tiempo por lo cuál la decisión de aplazar el viaje no era tan fácil. En mi trabajo me apoyaron, me dieron la opción de aplazar mis vacaciones o de ir a México pero con mi inseparable laptop del trabajo para lo que llegara a pasar (p.e. bloqueo de vuelo Mx-Fr). Mi caso creo fue excepcional porque tengo una amiga mexicana que coincidentemente también tenía el mismo vuelo y su jefe la obligó a cambiar su vuelo para junio (de nuevo la party-paranoia como dice Mickou).
El día llegó, la fila para hacer el check-in un poco vacía. El abordaje empezó y casi no había gente. Calculé un 40% de ocupación en un avión mediano (2-3-2 asientos por fila) en lugar del de costumbre (3-4-3 asientos por fila). En Aeroméxico habían cancelado los vuelos directos París-México de 2 días antes. El precio del boleto a un día de partir estaba a 9,000 pesos …. algo nunca antes visto; por lo general rondan los 20-40k. Los pasajeros en su mayoría éramos mexicanos, de los cuales la gran parte sólo había estado en Francia de visita (viaje de estudiantes).
Llegué al DF y después de ser escaneado por un termómetro raro me di cuenta que casi nadie traía el tan codiciado tapabocas. Durante 2 semanas pude percibir que en México sólo fue una moda de unos días y que persistió en los medios (Le Monde, Le Figaro) durante semanas (aún sigue). La gente que más lo portaba eran los que ofrecían servicios (transporte, restauración, etc) y no la población civil como presumían los medios de des-información. Aprovecho para felicitar por la excelente disposición de la gente que brinda servicios, … no como en Francia.
Mi estancia fue de lo mejor, como cada vez que voy. Estuve literalmente de arriba para abajo, en varios eventos familiares y personales. En los 2 extremos del Edomex, el DF y en Torreón. Los 35-40 grados de temperatura de Torreón no me pegaron tanto como hace un año, pero al que sí fue a mi hermano 🙁
Al final ya no quería regresar, pero como todo, este viaje también llegó a su final y me esperaba el avión de regreso. Inicialmente iba a venir con mi mamá y una tía pero gracias a los de la SRE y su excelente labor de comunicación(irônico 100%) no pudieron venir, aunado a la paranoia influenzada. Antes los pasaportes prácticamente se obtenían en un día pero ahora hay que hacer cita y nos tuvimos que enterar prácticamente in situ.
Al llegar al CDG (sabían que ahí se filmó Beautiful Day de U2?) a todos los pasajeros revisaron pasaportes, visas de trabajo, reservaciones de hotel, boletos de avión si es que sólo hacían escala y en su defecto, las famosas invitaciones avaladas por la prefectura de policía (attestation d´accueil) Raro, es la primera vez que me toca algo así. En pocas palabras, la paranoía se sentía al llegar al aeropuerto.
No todo quedó en que bajé del avión.Dos días después de mi regreso pesqué un resfriado. El jueves en la tarde empecé a sentirme un poco mal y el viernes amanecí en condiciones no salubres 😉 … decidí no ir a trabajar para no despertar más paranoia en el trabajo y en el metro. Todo ésto gracias al aire fío del avión y a los 15 de París, comparado a los 25 de Toluca….. ni modo, gajes del oficio.